A dialética entre um acidente tóxico real e seu reconhecimento como tal

12 anos atrás

Temos sempre defendido, em aulas, palestras e textos, o caráter e a função social da Toxicologia. Social em todos os aspectos dessa imensa e cativante ciência, em todas as suas áreas de conhecimento e aplicação, e não apenas no enfoque da Toxicologia Social senso estrito. Aliás, não só social, mas também econômico. Se alguém ainda duvida, peço para ler o texto abaixo, tão recente, e publicado na página Sertox – Servicio de Toxicologia del Sanatório de Niños, a respeito da nefasta catástrofe ocorrida na Hungria.

La prensa: Según reglas europeas actuales el corrosivo lodo rojo del desastre húngaro no es residuo tóxico

Reglas de medioambiente europeas no impedirán catástrofes. radionederland.21/10/10. Todo el pueblo bajo el lodo rojo, todas las pertenencias perdidas de un golpe, dolorosas quemaduras en las piernas, pero en el papel todo está en orden. En Bruselas se preguntan desesperados qué fue lo que falló en la catástrofe del vertido tóxico en Hungría. También puede ocurrir en otros lugares. La bancarrota de una política de medioambiente europea inconsistente.“De un momento a otro te llega el barro rojo. No sabes siquiera qué pensar. Te mueres de miedo.” Más de una semana después de la catástrofe del 4 de octubre, los habitantes de Kolontar, uno de los pueblos más afectados en el oeste de Hungría, han regresado a sus hogares. Han recibido la urgente recomendación de llevar una mascarilla las 24 horas del día. El vertido tóxico todavía puede expandirse a través del aire. Sigue…

Nueve muertos, 150 heridos, casa destruidas, peces muertos y 40 kilómetros cuadrados de terreno inservible. Este es el resultado de la rotura del dique en un reservorio de lodo de una fábrica de aluminio en Ajka. El fango, que se propagó a gran velocidad, contenía la corrosiva soda cáustica.
Auto inspección
Según las autoridades húngaras todas las reglas europeas habían sido respetadas. Los inspectores habían controlado la presa alrededor del reservorio hacía poco tiempo, y para el almacenaje del lodo se había dado una autorización.
Pero Europa depende de las inspecciones que los propios países de la Unión Europea llevan a cabo y de los datos que ellos entregan. Bas Eickhout, europarlamentario holandés de Los Verdes, critica el doble estándar de los miembros de la Unión. Por una parte exigen que Europa imponga reglas pero el control y la implementación de las reglas prefieren tenerlos ellos mismos. En ese punto no quieren entregar ningún poder a Bruselas.
“Vemos que muchas veces falla. Ocurre a menudo que hay un inspector local. Éste llega a un proyecto industrial que es de gran importancia para la economía de todas la región. El inspector es sometido a fuertes presiones para que, de vez en cuando, ignore alguna deficiencia. Por eso justamente se necesita una inspección independiente y eso significa una inspección europea confiable.”
¿Tóxico o no?
Por otra parte, tampoco las reglas europeas sirven, dice Eickhout. De los estados miembros se exige que apliquen las “mejores técnicas a disposición” en el tratamiento de residuos tóxicos. Pero justamente para la industria del aluminio esas técnicas no están claramente descritas.
Es así como el corrosivo lodo rojo del desastre húngaro no es un residuo tóxico, según las reglas actuales. Por lo tanto no hay una reglamentación europea para que se construya una doble pared alrededor de dichos reservorios. Para otros residuos tóxicos industriales sí es aplicable esa denominación.
Tampoco es obligatorio desactivar primero el lodo tóxico. Y eso no es en absoluto difícil, según el geoquímico Olaf Schuiling. Si se le mezcla con CO2 solamente queda la soda. ¿Por qué no se hizo? “Porque la gente no piensa”.
140 catástrofes potenciales
En 1998 y 2000 se produjeron desastres similares en minas del sur de España y Rumania. Entonces se rompieron los diques de reservorios de lodo tóxico. Actualmente en Europa Oriental hay alrededor de 140 lugares industriales que pueden ocasionar accidentes similares. Aunque, según Philip Weller, de la Comisión Internacional de Protección del Danubio, todavía no se puede hablar de una “bomba de tiempo”.
“Pueden llegar a ser una bomba de tiempo si no se administran bien y no se inspeccionan regularmente. En el caso de algunas de esas fábricas que, entretanto, han dejado de funcionar, no está claro quién era el propietario. Y en esos casos es muy importante que el Estado intervenga para prevenir que ocurra ese tipo de catástrofes.”
No se trata de una cuestión de costos. Según una investigación de la Comisión Europea, el total de los costos de producción aumentan sólo entre un 1 y un 3 por ciento si el procesamiento y el almacenaje de residuos mineros se llevan a cabo de manera responsable.

Catástrofes de lodo tóxico (1998 y 2000)

España:
La catástrofe de Doñana. Abril de 1998. La balsa de las minas de Aznalcóllar, Sevilla, vertió entre cuatro y cinco millones de metros cúbicos de lodos y aguas tóxicas al río Guadiamar, afectando a los Parques Natural y Nacional de Doñana, y al estuario del Guadalquivir. Los daños: 3.600 hectáreas de terreno cultivable destruidas, 30 toneladas de peces muertos, la recuperación del ecosistema dura años. La limpieza del lodo duró cuatro meses. Costos, alrededor de 240 millones de euros.

Rumania:

Baia Mare, enero 2000. La rotura de una presa en la balsa de una mina de oro en Baia Mare, en el norte de Rumania. Cerca de 100.000 metros cúbicos de lodo tóxico com altas concentraciones de cianuro llegan al río Tisza y alcanza dos semanas después el Danubio. Daños: 20 hectáreas de terreno cultivable destruidas, todas las plantas y animales hasta 40 kilómetros más arriba de la corriente murieron, el suministro de agua de 2,5 millones de personas fue interrumpido, el ecosistema a lo largo del Danubio se vio afectado por más de 1.000 kilómetros, cientos de toneladas de peces y miles de aves perecieron.
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